DESPLIEGA PESTAÑA

lunes, 15 de agosto de 2011

AQUELLO QUE NOS SALVE



La vida es así, me digo, pero, ¿cómo es la vida? Puede ser de muchas formas y maneras, según sucedan los acontecimientos que nos afectan y la forma o manera cómo nosotros los recibimos, los disfrutamos o los sufrimos. Ahora es silencio, nostalgia, recuerdo. Nunca se sabe y siempre se teme, se intuye o se barrunta que algo está por llegar y que nunca se sabe también cómo va a afectarnos. Cuando menos se espera salta la liebre. ¿Y cómo será esa liebre, si vendrá en son de paz o nos desestabilizará toda nuestra compostura y estabilidad? Y está el deseo patente de ser y de compartir, de dar y de recibir, pero no, no hay respuesta, el mundo se quedó al margen y yo me quedé conmigo. No quiero la respuesta a cualquier precio, de cualquier modo. Quiero lo que quiero. Y si no puede ser así, en ese “no” me refugio y lo convierto en templo y soledad sonora que me envuelva en su música y que me diga que ya lo tengo casi todo y que sólo me falta ese cariño que siempre deseé y que yo hoy lo concibo tal alto, tan perfecto, tan espiritual… Mejor así, sin prisas, sin venderse al mejor postor, midiendo las palabras y los pasos, huyendo de la idea de que un hombre es necesario como el agua. Sólo puede ser imprescindible aquello que nos salve; nunca lo que nos dañe y mortifique.





No hay comentarios: