DESPLIEGA PESTAÑA

viernes, 6 de enero de 2012

PINTANDO EL MAR

He dedicado el día de Reyes a pintar el mar imaginado. Hay tantas posibilidades como pensamientos fluyen cuando tomo la brocha o el pincel. Tantos colores como estados de ánimos. Lo he pintado bravo, atardecido, amaneciendo, claro como la espuma de la cerveza, del color del vino blanco de mi tierra; tinto, como los vinos de la rivera del Duero, que descubrí en Valladolid, blanco como la nieve del alfeizar de la ventana del hotel de Segovia en aquella Semana Santa. Y lo he pintado, por último, como si todas las cintas de los diversos colores del espectro se hubieran ido uniendo a mi capricho, serpenteando y ciegas, sobre el blanco espumoso de las olas imaginadas. Me duelen los pies y el cansancio me envuelve. Me duele el alma porque tus ojos no lo han podido ver.

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