DESPLIEGA PESTAÑA

sábado, 21 de julio de 2012

CÁDIZ


Cádiz se quedó allí mirando el mar como siempre lo hiciera, soportando el salitre y la herrumbre en sus cimientos. Aceptando la caricia de las aguas saladas, imponiéndose al reto de los siglos con dientes y murallas. Y Cádiz navegando, soñando otros mares, otros días de gloria, quizás, otras batallas pacíficas llenas de velas blancas y veleros. Quizás, un carnaval que proclamase la justicia social y verdadera.

Y me vine de Cádiz
en mi barco de vela,
sin mirar para atrás,
y morirme de pena.

A navegar me voy,
a navegar me llevan
los días y los sueños,
cuando el alma se entrega.

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