DESPLIEGA PESTAÑA

sábado, 13 de octubre de 2012

CASI DE· LA ALEGRÍA



Después de tanto protegerme, de tanta bajada de párpados, de tantos malos vientos y palabras adversas, hay momentos en que una iza la bandera de la paz, del amor y casi de la alegría. Porque vivir supone abrir una cuenta perpetua con la esperanza y, así, asirse al mástil de la vida para no perderse en la gran tempestad de la soledad, el silencio, el olvido. Porque cada día trae su sello, su noticia, su destello repetitivo del temor por algo, por alguien, por uno mismo. Y de ahí, la gran fortaleza que asciende y nos compensa. Pues lo peor sería dejarse llevar por el dolor, sumirse en la mala hora y, pasivamente, dejar que la carcoma vaya hurgando en la nada que somos.

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