Habrá muchas ideas para arreglar el mundo. Muchos foros. Muchas discusiones políticas. Muchas formas de ejercer la venganza. Muchas otras de no saber perder un puñado de votos y de no saber administrarlos después de ganados. Pero hay una fórmula mágica para sacar del pozo a aquel que se está ahogando. Una soga, muchas manos y, todos a una, tirando de ella. Dejémonos de fotos y de ministros y de presidentes y del bueno y del malo y de la herencia y de los trajes oscuros y de las corbatas austeras, de los mantenedores de imagen... Es hora de tirar del carro, más que de discutir de esos embrollos de las Comunidades Autonómicas. Como dije, todos a una, y, en una misma dirección.
Sé que es complicado, pero la libertad de un país está totalmente unida a su generosidad. Volvamos a empezar antes que nos impongan esos comienzos.
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